«QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS»

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jueves, 6 de diciembre de 2007

Despues de la derrota del riquismo ¿Se viene un nuevo San Miguel?

A un mes de las elecciones nacionales conviene analizar el nuevo cuadro político de San Miguel, uno de los pocos distritos donde no ganó el oficialismo municipal ya que el kirchnerista Joaquín De la Torre se impuso, por escaso margen, al intendente Oscar Zilocchi. De esta manera se puso fin a una década de gobierno de Aldo Rico y su gente en el municipio.

La derrota fue un duro golpe para un sector de la camarillas K, ligadas a Julio De Vido, que se habían jugado entero con el riquismo (más nac&pop que nunca), al punto de exponer públicamente figuras de la talla del "izquierdista" Carlos Kunkel que se repartió elogios con Aldo Rico en un acto de cierre de campaña.

El vencedor De la Torre, en cambio, contaba con el respaldo de Alberto Fernández y Felipe Solá. Una tercera colectora estuvo representada por la "izquierda" K (Frente Grande, Libres del Sur, FTV, etc) que llevó a la senadora Stella Prunotto como candidata. Así, la elección en San Miguel, reflejó en el plano local las internas camarilleras en las que se divide el kirchnerismo nacional. Como dijo Prunotto esta división "permitió que ganara Cristina en San Miguel (…) ya que las tres listas aportaron al proyecto nacional que aseguró la victoria" (La Hoja, 9/11).

¿Por qué ganó De la Torre?

Diez años en el gobierno llevaron a un completo desgaste al riquismo cuya gestión resultó un completo fracaso. Los números son elocuentes: según investigaciones de la Universidad de General Sarmiento, en San Miguel el 67% no tiene gas, el 69% de las calles son prácticamente intransitables (55% de tierra); el 60% de la población no cuenta con Agua Corriente y el 70% no tiene cloacas. Esto es principalmente sensible en el fondo de Bella Vista y Oeste de San Miguel donde, en los últimos tiempos, vecinos protagonizaron movilizaciones y cortes de ruta espontáneos por las recurrentes inundaciones.

En estos diez años la salud se vino a pique. El Hospital Larcade –aquel que Rico al frente de una patota ocupara en 1999- está literalmente en ruinas: cortes de agua corriente, de luz, cierre de servicios y guardias; 80% de las camas deterioradas; instrumental obsoleto; teléfono que no funciona; personal en negro y salarios básicos para médicos de $500 y largos etcéteras. Hace años que sus trabajadores están movilizados. Lo mismo ocurre con las escuelas del distrito que como denuncia el combativo Suteba local (uno de los centros de la lucha docente del año) no tienen gas, ni mobiliario, ni condiciones sanitarias.

La militarización del distrito y su "mano dura" no sólo no redujo la "inseguridad" sino que las tasas delictivas crecieron año a año junto con los escándalos por el tráfico de drogas, niñas y mujeres que salpicaban a los funcionarios y policías locales, todos socios de "la noche de San Miguel". Hace dos años ganaron notoriedad las movilizaciones por el esclarecimiento del crimen de Sebastián Torrás en cuyo asesinato estuvo implicado el hijo del intendente Zilocchi.

Lo mismo con el transporte, la basura, y la corrupción donde el riquismo demostró la nula capacidad de resolver problemas cruciales de la población sanmiguelense. Su borocotización no alcanzó para que el gobierno nacional o el provincial giraran los fondos necesarios, tantas veces prometidos, para obras públicas (algo que contrasta fuertemente con el vecino José C. Paz, por ejemplo)

De la Torre se presentó, en cambio, como la "renovación" y capitalizó para sí la descomposición del riquismo en retirada, como la mejor garantía de gobernabilidad. El fuerte de De la Torre fue el presentarse como el único capaz de gestionar, vía vínculos y camarillas, ante Provincia y Nación, las obras que en el distrito no existen y el desembarco de los planes federales como el de vivienda. Durante la campaña agitó fuertemente la promesa de "cloacas para todos".

Un nuevo escenario político

La victoria de De la Torre no representará ni un giro "izquierdista" ni un cambio de régimen. Es un hombre del Opus Dei y del sector acaudalado de Bella Vista. Su padrino es Franco Laporta, el interventor de Loterías y Casinos de la provincia. Durante la campaña cosechó el respaldo de quiénes fueran los sostenes económicos y sociales del riquismo (la Cámara de Comercio e Industria) y de sectores de la burocracia sindical. Desde 2005 pese a controlar, junto con Prunotto y la izquierda K, el Consejo Deliberante venía cogobernando con el riquismo apoyando, por ejemplo, la instalación de las Megatorres en el casco céntrico. Ahora, está pactando la transición y varios riquistas históricos suenan como elenco en su futuro gabinete.

La victoria de De la Torre marca la emergencia de un novedoso y contradictorio cuadro político donde deberá gobernar, sin contar con la mayoría automática en el Consejo Deliberante. Estará forzado, por lo tanto a llegar a acuerdos con los otros bloques. El 27% (apenas 30 mil votos) que sacó De la Torre no son suficientes para erigirse en árbitro indiscutido, su propia base es absolutamente volátil, contradictoria e inestable. El resto de los bloques ya se están anotando en la pulseada como se puede ver en los reclamos de las "organizaciones sociales" del bloque izquierdista (FTV, Libres del Sur, etc) por controlar la caja del Presupuesto Participativo (unos 6 millones), o con la presión de algunos riquistas por preservar cajas propias y licitaciones que siguen controlando.

Esto se ha traducido, a un mes de las elecciones, en un inmovilismo que nada tiene que envidiarle al de Cristina. Los diarios locales hablan de parálisis y de "extraña maraña de la negociación municipal" (La Hoja 27/11).

Un programa para San Miguel

Es en esta situación que el nuevo intendente deberá enfrentar un municipio demolido, con cuentas en rojo, reclamos y expectativas por todos lados. Es por ello que debemos prepararnos en este novedoso escenario para desenvolver una fuerte agitación política impulsando una agenda propia de los trabajadores. Por ello planteamos:

· Cloacas, Agua, Gas y Asfalto para todos con obras financiadas por el estado y bajo control de comisiones de trabajadores y vecinos

· Construcción de 8 mil viviendas populares y el mejoramiento de las 20 mil viviendas deficitarias del distrito. No a las Megatorres.

· Salario Mínimo igual a la canasta familiar y prohibición del trabajo en negro y precarizado, pase a planta permanente de todo trabajador municipal contratado. Doble aguinaldo de emergencia para el personal municipal y todos los trabajadores del distrito.

· Triplicación del presupuesto de Salud con un 70% a cargo de la provincia para mejorar y reequipar el Hospital Larcade y las salitas periféricas

· Obras ya en las escuelas, becas mensuales para los chicos sin restricciones

· Transporte público, barato y seguro, reorganización integral (recorrido, boletos, unidades, frecuencias, etc) a cargo de una asamblea de usuarios y trabajadores. 6 horas para los choferes de la 440 y la 176.

· Apertura de los Libros de cuentas municipales, investigación y revisión de todos los contratos de servicios, licitaciones, privatizaciones, comodatos y concesiones de la gestión saliente.

· Creación de fondo especial de emergencia para la obra publica, financiado con impuestos extraordinarios a los grandes emprendimientos inmobiliarios, comerciales e industriales de San Miguel

Matías Villar

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