PRIMERO DE MAYO
EMPIEZAN LAS OCUPACIONES DE FABRICA
La forma histórica más avanzada que desarrolló la clase obrera en las grandes crisis capitalistas (contra las suspensiones, los despidos o los cierres de empresas) fue la ocupación de fábricas.
Al despotismo del capital, con su secuela de desocupación y miseria, se opuso el despotismo colectivo de la clase obrera, para defender su derecho al trabajo y a la vida.
Ocupar la fábrica fue lo que intentaron hacer los obreros combativos de General Motors de Rosario, a fines del año pasado, cuando la patronal anunció ‘un achique de personal’.
La burocracia del Smata logró frenar la ocupación y los trabajadores acabaron pagando esta política con “suspensiones rotativas”.
La ocupación de fábrica fue también lo que se plantearon los trabajadores de Paraná Metal ante una circunstancia similar, pero aquí fue la burocracia de la CTA la que jugó de bombero, con la consecuencia del despido de contratados y las suspensiones rotativas para los efectivos.
Aquí los dirigentes desviaron hacia las carpas en la puerta la tendencia a ocupar la empresa.
En otros casos –en especial de vaciamientos, como en Indugraf o Arrufat–, los trabajadores ocuparon las fábricas y ahora están luchando por la expropiación en beneficio de las cooperativas que han formado.
En la papelera Massuh, con una carpa en la entrada y obreros que no cobran hace meses, la Presidenta se apresuró a negar cualquier posibilidad de estatización como ella misma había insinuado poco antes; quiere llegar a las elecciones con un acuerdo atado con alfileres.
En la industria automotriz de Córdoba, los trabajadores rechazaron las suspensiones de personal con manifestaciones y cortes de ruta, sin que se planteara la ocupación de las fábricas.
La existencia de efectivos y de contratados fue usada como factor de división, presión y parálisis de la lucha de los trabajadores.
De un modo general, el gobierno se ha valido de la ley de recursos preventivos de crisis para desarmar las luchas, para lo cual tuvo que pagar el precio de amortiguar el perjuicio contra los trabajadores y subsidiar a las patronales.
Pero la capacidad del gobierno para amortiguar el impacto social de la crisis se va achicando; un ejemplo rotundo de ello lo manifestó la Presidenta cuando rechazó de plano la formación de un verdadero Fondo de Seguro para los desocupados.
La semana que acaba de transcurrir mostró que las cosas están pegando un viraje fuerte.
La metalmecánica alemana Mahle no pretende suspender ni despedir, sino cerrar directamente su establecimiento en Rosario.
Los obreros ocuparon la fábrica y la mantienen ocupada desde hace una semana.
El gobernador, Binner, se ha visto obligado a pedir una audiencia urgente a la Presidenta para enfrentar la situación.
Ahora no se trata ya de suspensiones rotativas, adelanto de vacaciones, retiros voluntarios o subsidios compensadores –porque los alemanes sencillamente quieren cerrar.
Se trata de defender el patrimonio industrial y los puestos de trabajo por medio de la expropiación.
De defender la primacía del interés social del trabajador sobre el interés privado del explotador.
Todo el cordón industrial contaminado de Rosario es un verdadero polvorín; es el epicentro de la reacción obrera.
Precisamente, días más tarde, los trabajadores de Molinos Río de la Plata, con una huelga fulminante, obligaron a la patronal a reincorporar a tres activistas que había despedido en el marco de una lucha salarial, ¡y a ceder en toda la línea a los reclamos de aumento! (Moyano y Yasky, en cambio, dicen que las patronales no pueden dar aumento).
Los Binner, los K y las patronales temen la propagación de la lucha obrera industrial como mancha de aceite ¡precisamente!
Hasta ahora, el ‘socialista’ santafesino se había ocupado de proteger los intereses de los monopolios de la exportación de soja de los puertos del Paraná y del desarrollo de un Puerto Madero en Rosario.
En Córdoba, los obreros de la fábrica de vidrio Cive ocuparon la planta ante la decisión de la jueza de la quiebra de entregarle la empresa a un acreedor que anunció que no mantendrá a todos los trabajadores.
En Munro, los obreros de Pilkington (ex Blindex) ocuparon la planta contra los despidos; mantienen la ocupación contra las provocaciones de la burocracia.
Hemos entrado en una nueva etapa de la respuesta obrera a la bancarrota capitalista.
Ni los intervencionismos estatales, ni los ajetreos de la burocracia, ni el adelanto de las elecciones han logrado disipar el impacto social de la crisis, ni tampoco, como se ve, la disposición de los trabajadores a luchar y a seguir una tradición histórica.
El 1º de Mayo, el proletariado de la cuenca industrial Villa Constitución-San Lorenzo se va a concentrar en Mahle ocupada para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.
Todo un símbolo –cuando los símbolos empiezan a jugar de nuevo su rol en el desarrollo de la conciencia de clase de los explotados.
La crisis no solamente ya tiene su consigna –que la paguen los capitalistas y sus políticos – sino también el sujeto social y político que va desarrollando los métodos de acción para cobrar la cuenta.
Para apoyar a todos los compañeros que luchan y, en especial, a los que trabajan en establecimientos menores, alejados de la atención pública, reclamamos que la CGT y la CTA llamen a una huelga general para prohibir los despidos y suspensiones, para que se repartan las horas de trabajo sin afectar el salario, para que se expropien las empresas que cierren y para desarrollar un programa económico de conjunto que reorganice al país sobre nuevas bases sociales.
EMPIEZAN LAS OCUPACIONES DE FABRICA
La forma histórica más avanzada que desarrolló la clase obrera en las grandes crisis capitalistas (contra las suspensiones, los despidos o los cierres de empresas) fue la ocupación de fábricas.
Al despotismo del capital, con su secuela de desocupación y miseria, se opuso el despotismo colectivo de la clase obrera, para defender su derecho al trabajo y a la vida.
Ocupar la fábrica fue lo que intentaron hacer los obreros combativos de General Motors de Rosario, a fines del año pasado, cuando la patronal anunció ‘un achique de personal’.
La burocracia del Smata logró frenar la ocupación y los trabajadores acabaron pagando esta política con “suspensiones rotativas”.
La ocupación de fábrica fue también lo que se plantearon los trabajadores de Paraná Metal ante una circunstancia similar, pero aquí fue la burocracia de la CTA la que jugó de bombero, con la consecuencia del despido de contratados y las suspensiones rotativas para los efectivos.
Aquí los dirigentes desviaron hacia las carpas en la puerta la tendencia a ocupar la empresa.
En otros casos –en especial de vaciamientos, como en Indugraf o Arrufat–, los trabajadores ocuparon las fábricas y ahora están luchando por la expropiación en beneficio de las cooperativas que han formado.
En la papelera Massuh, con una carpa en la entrada y obreros que no cobran hace meses, la Presidenta se apresuró a negar cualquier posibilidad de estatización como ella misma había insinuado poco antes; quiere llegar a las elecciones con un acuerdo atado con alfileres.
En la industria automotriz de Córdoba, los trabajadores rechazaron las suspensiones de personal con manifestaciones y cortes de ruta, sin que se planteara la ocupación de las fábricas.
La existencia de efectivos y de contratados fue usada como factor de división, presión y parálisis de la lucha de los trabajadores.
De un modo general, el gobierno se ha valido de la ley de recursos preventivos de crisis para desarmar las luchas, para lo cual tuvo que pagar el precio de amortiguar el perjuicio contra los trabajadores y subsidiar a las patronales.
Pero la capacidad del gobierno para amortiguar el impacto social de la crisis se va achicando; un ejemplo rotundo de ello lo manifestó la Presidenta cuando rechazó de plano la formación de un verdadero Fondo de Seguro para los desocupados.
La semana que acaba de transcurrir mostró que las cosas están pegando un viraje fuerte.
La metalmecánica alemana Mahle no pretende suspender ni despedir, sino cerrar directamente su establecimiento en Rosario.
Los obreros ocuparon la fábrica y la mantienen ocupada desde hace una semana.
El gobernador, Binner, se ha visto obligado a pedir una audiencia urgente a la Presidenta para enfrentar la situación.
Ahora no se trata ya de suspensiones rotativas, adelanto de vacaciones, retiros voluntarios o subsidios compensadores –porque los alemanes sencillamente quieren cerrar.
Se trata de defender el patrimonio industrial y los puestos de trabajo por medio de la expropiación.
De defender la primacía del interés social del trabajador sobre el interés privado del explotador.
Todo el cordón industrial contaminado de Rosario es un verdadero polvorín; es el epicentro de la reacción obrera.
Precisamente, días más tarde, los trabajadores de Molinos Río de la Plata, con una huelga fulminante, obligaron a la patronal a reincorporar a tres activistas que había despedido en el marco de una lucha salarial, ¡y a ceder en toda la línea a los reclamos de aumento! (Moyano y Yasky, en cambio, dicen que las patronales no pueden dar aumento).
Los Binner, los K y las patronales temen la propagación de la lucha obrera industrial como mancha de aceite ¡precisamente!
Hasta ahora, el ‘socialista’ santafesino se había ocupado de proteger los intereses de los monopolios de la exportación de soja de los puertos del Paraná y del desarrollo de un Puerto Madero en Rosario.
En Córdoba, los obreros de la fábrica de vidrio Cive ocuparon la planta ante la decisión de la jueza de la quiebra de entregarle la empresa a un acreedor que anunció que no mantendrá a todos los trabajadores.
En Munro, los obreros de Pilkington (ex Blindex) ocuparon la planta contra los despidos; mantienen la ocupación contra las provocaciones de la burocracia.
Hemos entrado en una nueva etapa de la respuesta obrera a la bancarrota capitalista.
Ni los intervencionismos estatales, ni los ajetreos de la burocracia, ni el adelanto de las elecciones han logrado disipar el impacto social de la crisis, ni tampoco, como se ve, la disposición de los trabajadores a luchar y a seguir una tradición histórica.
El 1º de Mayo, el proletariado de la cuenca industrial Villa Constitución-San Lorenzo se va a concentrar en Mahle ocupada para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.
Todo un símbolo –cuando los símbolos empiezan a jugar de nuevo su rol en el desarrollo de la conciencia de clase de los explotados.
La crisis no solamente ya tiene su consigna –que la paguen los capitalistas y sus políticos – sino también el sujeto social y político que va desarrollando los métodos de acción para cobrar la cuenta.
Para apoyar a todos los compañeros que luchan y, en especial, a los que trabajan en establecimientos menores, alejados de la atención pública, reclamamos que la CGT y la CTA llamen a una huelga general para prohibir los despidos y suspensiones, para que se repartan las horas de trabajo sin afectar el salario, para que se expropien las empresas que cierren y para desarrollar un programa económico de conjunto que reorganice al país sobre nuevas bases sociales.
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