La epidemia de dengue ha desplazado a la mayor parte de los temas de la agenda de la crisis nacional.
El ‘dengue' Capitanich y la ministra Ocaña descargan las responsabilidades en la ‘ruta' de la enfermedad: Bolivia, Jujuy y cuesta abajo.
Una verdadera patraña.
No es un problema de ‘rutas' sino de régimen social.
Es una manifestación del régimen social que defienden los K, los De Narváez, Macri y Solá, al igual que los Carrió, Reutemann, Stolbizer o Binner.
O, ¿por qué no? que defienden los Sabatella, los Ibarra, los Heller o Solanas, que ni en las más audaces de sus propuestas cuestionan el presente régimen social.
Es que todos ellos, con sus diferencias y contradicciones, son los candidatos del capital; los candidatos que ya han gobernado en el pasado bajo distintas formas: menemistas, frepasistas, radicales o aliancistas y ‘socialistas'.
La epidemia se ha instalado en forma crónica en Argentina porque encuentra su cultivo en las aguas estancadas de la miseria social.
En un régimen social de sojeros y especuladores financieros e inmobiliarios no pueden florecer la vivienda digna y accesible, que opere como barrera natural del dengue, ni los salarios y las condiciones de trabajo, de salud y educación que creen las condiciones de un desarrollo humano robusto.
¡De nada sirvieron las denuncias hasta el cansancio de las miserias en El Impenetrable chaqueño y en el conjunto de esa provincia, por la simple razón de que una decidida acción contra esas miserias, incluso en un lugar aislado y distante, exige una acción decidida contra este régimen social!
¿Alguien puede suponer que estos graves golpes contra nuestro pueblo encontrarán alguna solución, precisamente ahora, cuando la bancarrota capitalista pone como primera prioridad para los gobernantes el rescate o salvataje de banqueros, patronales, latifundios y monopolios?
Si la catástrofe del dengue ha reaparecido luego de cinco años de demagogia nacional y popular y de ‘explosión' sojera, ¿qué nos deparan ahora los políticos capitalistas cuando a la orden del día está el socorro para ellos mismos y la destrucción del empleo y los salarios?
Las cosas no pueden ser más claras.
Abajo las mentiras de los candidatos del capital.
Promovamos una gran lucha anticapitalista para defender el trabajo y los salarios, y para conquistar de este modo el derecho a la vivienda, a la educación y a la salud.
El ‘dengue' Capitanich y la ministra Ocaña descargan las responsabilidades en la ‘ruta' de la enfermedad: Bolivia, Jujuy y cuesta abajo.
Una verdadera patraña.
No es un problema de ‘rutas' sino de régimen social.
Es una manifestación del régimen social que defienden los K, los De Narváez, Macri y Solá, al igual que los Carrió, Reutemann, Stolbizer o Binner.
O, ¿por qué no? que defienden los Sabatella, los Ibarra, los Heller o Solanas, que ni en las más audaces de sus propuestas cuestionan el presente régimen social.
Es que todos ellos, con sus diferencias y contradicciones, son los candidatos del capital; los candidatos que ya han gobernado en el pasado bajo distintas formas: menemistas, frepasistas, radicales o aliancistas y ‘socialistas'.
La epidemia se ha instalado en forma crónica en Argentina porque encuentra su cultivo en las aguas estancadas de la miseria social.
En un régimen social de sojeros y especuladores financieros e inmobiliarios no pueden florecer la vivienda digna y accesible, que opere como barrera natural del dengue, ni los salarios y las condiciones de trabajo, de salud y educación que creen las condiciones de un desarrollo humano robusto.
¡De nada sirvieron las denuncias hasta el cansancio de las miserias en El Impenetrable chaqueño y en el conjunto de esa provincia, por la simple razón de que una decidida acción contra esas miserias, incluso en un lugar aislado y distante, exige una acción decidida contra este régimen social!
¿Alguien puede suponer que estos graves golpes contra nuestro pueblo encontrarán alguna solución, precisamente ahora, cuando la bancarrota capitalista pone como primera prioridad para los gobernantes el rescate o salvataje de banqueros, patronales, latifundios y monopolios?
Si la catástrofe del dengue ha reaparecido luego de cinco años de demagogia nacional y popular y de ‘explosión' sojera, ¿qué nos deparan ahora los políticos capitalistas cuando a la orden del día está el socorro para ellos mismos y la destrucción del empleo y los salarios?
Las cosas no pueden ser más claras.
Abajo las mentiras de los candidatos del capital.
Promovamos una gran lucha anticapitalista para defender el trabajo y los salarios, y para conquistar de este modo el derecho a la vivienda, a la educación y a la salud.
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