No es cierto que los derrotados K estén reclutando mujeres del campo adversario para la causa nacional y popular.Es exactamente lo contrario: el pasaje de María del Carmen Alarcón al gobierno, una notoria representante de los ‘pool’ de siembra y de los fideicomisos agrarios, no es otra cosa que la borocotización del matrimonio por parte de los grandes pulpos sojeros.
Alarcón no viene sola, la acompaña todo el nucleamiento Pampa Sur –poblado no solamente por sojeros sino por macristas.
Ha habido un pacto político, en la misma línea de ‘acercamiento’ al FMI y a los llamados mercados internacionales.
Lo que ha ocurrido es que los ‘pool’ de siembra se han cansado de la esterilidad de la Mesa de Enlace, de las provocaciones de sus ‘chacareros’ y de las peleas y divisiones de sus políticos ‘opositores’ –desde la ‘apocalíptica’ Carrió al desbocado Reutemann.
El fin de semana pasado se realizó un congreso de la Apresid, que reúne a los pulpos financieros del agro con los pulpos de insumos agroquímicos, para coincidir que la consigna de la hora es abrir las puertas a un nuevo endeudamiento internacional –precisamente lo que hacen los K.
Los pulpos de Apresid saben muy bien que el proyecto de ley de arrendamiento de los K es una maniobra parlamentaria para la gilada –porque no lo quieren ni los afiliados a la Federación Agraria, que alquilan sus campos porque ya no son arrendatarios, o porque son subcontratistas, sin tierras, de los capitales del agro.
Tampoco son los pools y los fideicomisos los que más necesitan que se declare una emergencia agropecuaria por la sequía.
En definitiva, no son las santafesinas Alarcón y Latorre las que se borocotizan sino los K, que están haciendo el camino de Canossa hacia el FMI.
En solamente una semana, el ministro Boudou se reunió con el encargado de negocios de Estados Unidos para avanzar en un acuerdo; luego recibió a un representante del Fondo y en el medio tuvo el gusto de leer que la designada embajadora norteamericana insistió en que el objetivo de su gobierno es llegar a acuerdos sustanciales con los K.
Los K y el capital reclaman el socorro internacional para hacer frente a la bancarrota del ‘modelo productivo’ ¡las provincias ya preparan las cuasi monedas!
El capital financiero borocotizó al matrimonio, el cual no quiere correr el mismo destino de De la Rúa y Cavallo, que se cayeron del tablero cuando el FMI y Bush les dijeron que la convertibilidad no iba más.
Es lo que ya vio Felipe Solá, que descubrió, ante Mariano Grondona, que Argentina no es solamente ‘el campo’.
De yapa, entre tantas visitas juntas, vino otro funcionario de Obama, el subsecretario para Asuntos del Hemisfeio Occidental, para ‘arreglar’ el desarrollo conveniente de la reunión de la Unasur, que la Presidenta trasladó de Buenos Aires a Bariloche, para no ‘perturbar’ a Uribe –la cooptación o borocotización del matrimonio tiene un alcance internacional.
En efecto, en Bariloche, los K borocotizados acompañarán a Lula, Bachelet, Tabaré Vázquez y, quizás, Rafael Correa, para legitimar la instalación de los yanquis en bases militares en Colombia.
‘Gestos’ parecidos, en la década de los 90, fueron calificados como “relaciones carnales”.
En Bariloche se va a hacer un último intento para desmovilizar a la rebelión popular en Honduras, con un nuevo formato de pacto entre los golpistas y el presidente Zelaya.
Como ya ocurriera cuando el golpe contra Chávez, en 2002, y la asonada derechista en Bolivia, el año pasado, los ‘progres’ de Sudamérica se ponen al frente de un operativo de contención de las rebeliones e insurgencias populares.
No hay que mirar a los Biolcati y mucho menos a los De Angeli: basta observar la suba de los bonos de Argentina; el famoso ‘riesgo país’ ha caído a sus niveles más bajos desde que comenzó la crisis con ‘el campo’.
Billetera mata ‘progres’ y falsos antiimperialistas –en especial si amasan su fortuna mediante la especulación inmobiliaria en Calafate.
Alarcón no viene sola, la acompaña todo el nucleamiento Pampa Sur –poblado no solamente por sojeros sino por macristas.
Ha habido un pacto político, en la misma línea de ‘acercamiento’ al FMI y a los llamados mercados internacionales.
Lo que ha ocurrido es que los ‘pool’ de siembra se han cansado de la esterilidad de la Mesa de Enlace, de las provocaciones de sus ‘chacareros’ y de las peleas y divisiones de sus políticos ‘opositores’ –desde la ‘apocalíptica’ Carrió al desbocado Reutemann.
El fin de semana pasado se realizó un congreso de la Apresid, que reúne a los pulpos financieros del agro con los pulpos de insumos agroquímicos, para coincidir que la consigna de la hora es abrir las puertas a un nuevo endeudamiento internacional –precisamente lo que hacen los K.
Los pulpos de Apresid saben muy bien que el proyecto de ley de arrendamiento de los K es una maniobra parlamentaria para la gilada –porque no lo quieren ni los afiliados a la Federación Agraria, que alquilan sus campos porque ya no son arrendatarios, o porque son subcontratistas, sin tierras, de los capitales del agro.
Tampoco son los pools y los fideicomisos los que más necesitan que se declare una emergencia agropecuaria por la sequía.
En definitiva, no son las santafesinas Alarcón y Latorre las que se borocotizan sino los K, que están haciendo el camino de Canossa hacia el FMI.
En solamente una semana, el ministro Boudou se reunió con el encargado de negocios de Estados Unidos para avanzar en un acuerdo; luego recibió a un representante del Fondo y en el medio tuvo el gusto de leer que la designada embajadora norteamericana insistió en que el objetivo de su gobierno es llegar a acuerdos sustanciales con los K.
Los K y el capital reclaman el socorro internacional para hacer frente a la bancarrota del ‘modelo productivo’ ¡las provincias ya preparan las cuasi monedas!
El capital financiero borocotizó al matrimonio, el cual no quiere correr el mismo destino de De la Rúa y Cavallo, que se cayeron del tablero cuando el FMI y Bush les dijeron que la convertibilidad no iba más.
Es lo que ya vio Felipe Solá, que descubrió, ante Mariano Grondona, que Argentina no es solamente ‘el campo’.
De yapa, entre tantas visitas juntas, vino otro funcionario de Obama, el subsecretario para Asuntos del Hemisfeio Occidental, para ‘arreglar’ el desarrollo conveniente de la reunión de la Unasur, que la Presidenta trasladó de Buenos Aires a Bariloche, para no ‘perturbar’ a Uribe –la cooptación o borocotización del matrimonio tiene un alcance internacional.
En efecto, en Bariloche, los K borocotizados acompañarán a Lula, Bachelet, Tabaré Vázquez y, quizás, Rafael Correa, para legitimar la instalación de los yanquis en bases militares en Colombia.
‘Gestos’ parecidos, en la década de los 90, fueron calificados como “relaciones carnales”.
En Bariloche se va a hacer un último intento para desmovilizar a la rebelión popular en Honduras, con un nuevo formato de pacto entre los golpistas y el presidente Zelaya.
Como ya ocurriera cuando el golpe contra Chávez, en 2002, y la asonada derechista en Bolivia, el año pasado, los ‘progres’ de Sudamérica se ponen al frente de un operativo de contención de las rebeliones e insurgencias populares.
No hay que mirar a los Biolcati y mucho menos a los De Angeli: basta observar la suba de los bonos de Argentina; el famoso ‘riesgo país’ ha caído a sus niveles más bajos desde que comenzó la crisis con ‘el campo’.
Billetera mata ‘progres’ y falsos antiimperialistas –en especial si amasan su fortuna mediante la especulación inmobiliaria en Calafate.
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